21 oct 2010
El kiosco
Ricardo Gutman
@rickygutman
Hoy celebramos 120 años de la fundación de San Cristóbal. Pensé en escribir uno de esos textos propios de estas fechas, un poco crítico, pero decidí publicar esta foto. Quizás no se dieron cuenta pero en ese lugar había un kiosco, el del lado oeste de la pasarela. Hace unos días atrás lo demolieron y en su lugar pusieron ese coso de cemento que todavía no sé que función cumplirá.
En esa construcción, como dije había un kiosco. Yo trabajé por un tiempo considerable, año y medio, casi dos años, durante las madrugadas atendiendo el kiosco. Ese lugar es parte de mi historia, en ese lugar conocí gente, me reí mucho, tuve inconvenientes, escuché hermosos programas de radio, leí hasta el cansancio y gracias a los libros y al kiosco trabé amistad con el Puchi Cotrone, amigo entrañable desde entonces, en una situación digna de contar en otro momento.
Pero esto no tiene la intención de ser un relato melancólico y bucólico de algo que ya no está, no tiene esa intención porque ese kiosco era mucho más grande que mi historia personal dentro de él. En 120 años se han perdido muchas cosas, San Cristóbal no es un pueblo muy afecto a dejar registros, pero ese lugar, aunque no lo crean, tenía un valor histórico. Para los que recuerdan esa construcción fue uno de los tres primeros y únicos teléfonos públicos que hubo en la ciudad. La gente se reunía bajo la galería a recibir llamadas y a hacer llamadas telefónicas, por eso tenía esos asientos que muchos no entendían, porque no pudieron vivir esa época. La gente se sentaba y esperaba a que la llamasen o llamaba por ahí con fichas o cospeles. Durante mucho tiempo fue un lugar de reunión. Me imagino las parejas que se habrán armado allí.
Pero el lunes que pasó lo derrumbaron si no me equivoco y le metieron ese cemento que lo único que hace es hacer más grande el sol en una ciudad que carece de sombra. Por supuesto nadie se indignó de lo ocurrido y de un día para otro el kiosco ya no estaba más. Hoy iré a la explanada del ferrocarril y no lo veré. Por eso me pareció pertinente acordarme de él justo hoy que cumplimos 120 años de fundación como un pequeño homenaje a las cosas que hemos perdido.