28 abr 2011

Bien pibe


































Te pasaste macho, clap clap clap, pero guardate algo para la Copa América. De corazón te lo pido. Y gracias por el fútbol.

19 abr 2011

La Argentina invade California

Osvaldo Soriano

¿Cuál fue la primera potencia del mundo que reconoció a la flamante Argentina de la Revolución? ¿Qué ansias arrastraban a los hombres de la Independencia? ¿Qué fuego delirante les inflamaba los corazones?
Franceses, ingleses, polacos, alemanes y norteamericanos corrieron en auxilio de la joven Revolución que enfrentaba al imperio de España. Todas las ideas, viejas y nuevas, venían a refundarse en estas costas: monárquicos, republicanos, católicos, liberales, anarquistas y aventureros peleaban por amor, por costumbre o por plata. Los hubo solemnes, grandiosos, generosos, chiflados, estúpidos, vanidosos y despiadados.
El más conocido de ellos fue el capitán José de San Martín, de la secreta Logia Lautaro, pero entre los más chiflados y ambiciosos estaba el corsario Hipólito Bouchard.
Como Liniers y Brandsen, Bouchard era francés y como ellos murió de muerte violenta. Fue él quien compró el primer reconocimiento exterior para la Argentina, que todavía se llamaba Provincias Unidas. En su nombre invadió y destruyó la California dominada por los españoles.
Bouchard llegó al Río de la Plata en 1809 en un barco de corsarios franceses. El primer día de febrero de 1811 el gobierno de la Revolución lo nombra capitán del bergantín de guerra 25 de Mayo. Su primera batalla, la de San Nicolás, no es gloriosa: cuando el 2 de marzo oye los cañones de siete naves, Bouchard abandona a su jefe, Juan Bautista Azopardo, se tira al agua y gana la costa a nado con toda la tripulación. En el Consejo de Guerra presidido por Saavedra dirá que los marineros huyeron primero y que él fue impotente para contenerlos. Azopardo, en su diario, se queja de haber sido "vergonzosamente abandonado".

18 abr 2011

Flojo de papeles o de los terrenos y nuestras deficiencias

Ricardo Gutman

La problemática del acceso a los terrenos en la ciudad de San Cristóbal es un problema que se acarrea desde hace tiempo. Vox populi es el hecho que, al parecer, no hay terrenos disponibles en la ciudad aunque regularmente se permiten ventas desde el municipio autorizadas por el HCM. También es harto conocido la concentración de lotes en manos de pocos particulares de la ciudad que especulan con la necesidad de la gente, vendiendo lotes comprados por minucias en precios poco accesibles para mucha gente. Bondades del capitalismo se podría decir.

4 abr 2011

Josecito y Fuente del Alba

Ricardo Gutman

Todavía me acuerdo de ese día, un día de mierda. Estábamos en casa, con mi vieja, mirando TN, el canal de las malas noticias, mirando como mataban a Carlos Fuentealba. Yo no podía creer que estuviese pasando semejante atrocidad, mi vieja se quebraba en un llanto partido y nos abrazábamos en el dolor. Nunca conocí a Carlos Fuentealba pero era como mi vieja, ¿se entiende?. Docente como ella, militante gremial como mi mamá, un laburante, un luchador. Hijos de puta, murmuró mi vieja, por lo bajo, abrazada a mí. Ese día nos mataron feo.
CTERA decretó el paro nacional y todo el mundo estuvo allí. Todo el mundo menos yo, que como siempre miro esas cosas por tele, esa maldita costumbre de no poder estar donde tenés que estar y sufrir por no estar. Estaban todos porque nos habían matado a todos. NUNCA MÁS rezaban los guardapolvos al frente de la marcha. Hijos de puta. Ignorantes. Malditos. Porque son muchos, por eso el plural.
Cuando volvimos a clase la Patri nos juntó en un ala del Instituto del Profesorado a todos los alumnos del profesorado y yo leí el texto de Mex, Pegarle a un maestro. Hicimos un minuto de silencio y volvimos a clase. Había un clima de mierda. En las escuelas primarias las maestras hicieron una jornada de reflexión sobre el asesinato de Carlos Fuentealba. Al volver a la casa Josecito, que en ese entonces tenía siete años y ya me había enseñado algo, le comentó a Alicia lo que habían hecho en la escuela. Alicia me lo contaba con lágrimas en los ojos. Josecito le preguntaba porque pasó lo que pasó, porqué habían matado a Fuente del Alba se preguntaba Josecito, con ese hermoso error de pronunciación.
Josecito no entendía que había hecho de malo un maestro para que lo maten, a las personas no se las mata mamá, repetía, justamente a ella, con el cuñado asesinado por la dictadura. Y se lo preguntaba constantemente, a cada momento. Alicia le respondió como debía explicarle, que esas cosas no deben pasar y que si pasan hay que exigir justicia hasta el final. No entraba en la cabeza de un nene de siete años lo que había pasado.
El día del paro Josecito estuvo de mal humor todo el día. No jugaba, hablaba poco, cosa rara en él. Alicia le preguntó que le pasaba y Josecito le respondió que si él jugaba o se divertía justo ese día Fuente del Alba se iba a enojar. Alicia le explicó que lo que menos haría Fuentealba sería enojarse con él porque jugaba, porque los chicos están para ir a la escuela, aprender y jugar. Además los maestros no quieren chicos aburridos, los chicos aburridos nunca aprenden. Y Josecito se fue a jugar.
Josecito sabía desde bien adentro que los maestros no se tocan, por más que no le gustasen todas sus maestras. Josecito sabía que Carlos Fuentealba no debía morir. Ahora Josecito sabe que Carlos Fuentealba está presente, ahora y siempre, y que es deber de todos exigir justicia. Por la memoria de Carlos Fuentealba y su familia. Y por todos los Josecitos que vienen detrás nuestro.

3 abr 2011

Los carteles


Ricardo Gutman
Es imposible no verlos. Están ahí sin que nadie se diese cuenta, de un día para otro los carteles mostraban a San Cristóbal algo muy raro por estos lugares: obras del gobierno de la provincia de Santa Fe. No es muy común que eso ocurra, todavía me acuerdo del albergue de vacunos en la Sociedad Rural por un valor de 500.000 pesos. Y para de contar. No me vengan con el FANI porque eso no son obras, las obras de mantenimiento en establecimientos educativos son responsabilidades del gobierno provincial.
Pero volvamos a los carteles. Estos carteles anunciaban la ampliación de la escuela Agrotécnica N° 339 y la remodelación del a Escuela Técnica 474, ambas por montos cercanos  de 2.500.000. Muy buena plata en un momento justo, antes de las primarias. El personal administrativo de las escuelas se desayunó con la noticia que nunca había sido anunciada por los cánones burocráticos, simplemente plantaron los carteles y listo. A la hora de consultar nadie les dijo nada, simplemente que la obra llegaría.
Para hacerla corta. La provincia anunciaba que llevaría adelante esas obras, en esos carteles, pero sin ninguna especificación. Nadie sabe el plazo de ejecución ni fecha de iniciación, ni siquiera a la empresa que se encargará de llevar las obras. Sólo el monto se detalla. Y no preguntes más que por ahí te la sacan.